Le mur
Ante su mirada desierta, se erige un muro sin piel,
un lienzo desnudo de belleza, blanco cual papel.
Yacen en las manos de aquel pintor ciego,
acuarelas estériles consumidas por el fuego.
Mas el muro respira esperanza de nuevos otoños,
en las noches sueña con duendes, pasteles y óleos.
Agradece la voz de la luna, la caricia del sol.
Ese muro que canta y sonríe, ese muro soy yo.